Los aviones EC-130H Compass Call de guerra electrónica contra el ISIS
- Strategic Page
- 26 ene 2016
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A finales de 2015, Irak reconquistó Ramadi, capital de la provincia de Anbar, situada al oeste del país. Los periodistas destacados, al hablar con los comandantes iraquíes, encontraron que consideraban como críticos dos tipos de apoyo por parte de Estados Unidos, para conseguir el éxito en las operaciones y disminuir el número de bajas. No les sorprendió que estuvieran contentos con la recuperación del apoyo aéreo, pues muchos de ellos habían comenzado sus carreras después de 2003, cuando disponían del apoyo aéreo de EEUU y lo echaban menos, ya que los políticos iraquíes se negaron a que los americanos lo siguieran proporcionando después de 2011. Sin embargo, para su sorpresa, los comandantes estaban aún más contentos con la vuelta de los aviones de guerra electrónica, especialmente con los que pueden escuchar selectivamente las comunicaciones inalámbricas enemigas y, si es necesario, interferirlas. Con esta capacidad los agentes de inteligencia iraquíes y los comandantes de las unidades pueden captar las comunicaciones enemigas en tiempo real, y en cualquier momento solicitar que se las interfiriera. Esto hace al enemigo vulnerable, porque el Ejército iraquí escucha cualquier comunicación inalámbrica y puede interrumpirla rápidamente si conviene para el desarrollo de las operaciones. Lo extraordinario de este apoyo es que solo lo pueden proporcionar unos pocos aviones de la Air Force de EEUU, los EC-130H Compass Call, mientras que el bombardeo con municiones inteligentes, lo pueden hacer los bombarderos B-1 u otros varios cazabombarderos. El EC-130H dispone a bordo de puestos de trabajo para lingüistas, que pueden escuchar el tráfico de radio terrestre, y decidir cuál grabar (e informar inmediatamente a las tropas), que las interferirán. Como Afganistán dispone de un número limitado de líneas telefónicas fijas, sobre todo en el campo, los talibanes se apoyan en los teléfonos celulares, walkie-talkies y radioaficionados para comunicarse. El EC-130H puede detectar todos estas comunicaciones e interferirlas selectivamente. El Estado Islámico tiene preferencias similares en los equipos de comunicaciones y, como los talibanes, no ven solución a los problemas que les crea el EC-130H que les sobrevuela. Otra ventaja es que aunque las organizaciones terroristas islámicas conocen estos aviones, nunca saben, cuando les están escuchando, a menos obviamente que les estén interfiriendo. Esto les a utilizar sus móviles y radios con moderación, o a usar códigos (que EE.UU. Por lo general puede descifrar o simplemente interferir) o a no utilizar la comunicación electrónica en absoluto. Esta última opción hace que sea más difícil el control de sus fuerzas en una batalla. La Air Force sólo tiene en servicio 14 de estos aviones, que se introdujeron en la década de los 80s. Fueron diseñados para interferir las defensas antiaéreas soviéticas, pero resultaron ser cruciales en Afganistán e Irak. Desde 2002, estos 14 aviones han hecho cerca de 7.000 salidas y más de 40.000 horas de vuelo.

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