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Los investigadores evalúan los efectos de las pérdidas auditivas de los soldados

  • www.ARMY.MIL
  • 15 ene 2016
  • 3 Min. de lectura

Los investigadores de audiometría del Ejército de EEUU están estudiando la forma en la que la pérdida de audición afecta al rendimiento del Soldado en el campo de batalla. Durante más de 30 años y de forma anual, se miden a los soldados sus niveles auditivos, usando un test de audiometría, también conocido como Defense Occupational and Environmental Health Readiness System Hearing Conservation. A partir del nivel de pérdida H3, se remite a la persona a una junta de revisión médica obligatoria. Muchos soldados han sido declarados “no desplegable” debido a la pérdida de audición. La información recopilada hasta ahora por el Departamento de Veteranos (VA), muestra que el 52% de los soldados, o más, tienen pérdidas moderadas auditivas, en su mayor parte asociadas a sonido fuertes en el combate. Lo que se pretende con las investigaciones actuales es saber, si las pruebas tradicionales de audiometría dan una medida exacta de la capacidad de un soldado para moverse, disparar y comunicarse, por lo que se trabaja en la definición de un protocolo, que establezca los efectos de la pérdida auditiva en la capacidad del combatiente en escenarios de combate reales. Pare ello, se desarrolló un simulador de pérdida auditiva montado en la parte superior de los cascos de los soldados, que superpone la pérdida de la audición a través de auriculares insertados en las orejas, lo que permite evaluar cómo se comportan en un escenario en el que tienen que moverse en un itinerario. Soldados de la 101 División Aerotransportada se pusieron el equipo y formaron cuatro grupos que compitieron, cada uno con un nivel de audición simulada diferente. Cada nivel se correspondía con los H1, H2 y H3 y con el normal definidos por las condiciones físicas establecidas en el Ejército. El objetivo de las pruebas fue determinar qué grupo sería el primero en conseguir llegar al objetivo. Los investigadores dispusieron de un sistema muy sofisticado para la obtención de datos: habían equipado con cámaras de vídeo en los cascos, se usaron micrófonos biaurales y dispositivos de simulación de pérdida de la audición, conocido como Homestation Instrumentation Training (HITS). También iban equipados con el sistema de simulación de combate individual MILES, por lo que se sabía quién disparaba a quién y cuándo ocurría exactamente. Además disponían de un medio para seguir sus movimientos. En los primeros estudios, los investigadores vieron como los soldados cambiaron de estrategia en función de la pérdida de audición. Los soldados con mayor pérdida tendían a estar quietos o a ocultarse, con el fin de sobrevivir, y observaron una caída muy significativa de su capacidad para enfrentarse al enemigo. Su letalidad quedó reducida a la mitad de lo que sería en un entorno de audición normal “. El grupo con audición normal ganó cerca del 40 % de las veces y el peor el 15%, por lo que si se tiene en cuenta que la probabilidad inicial de los cuatro grupos era del 25%, hubo gran diferencia debida a la pérdida de audición. Un soldado participante, dijo que la pérdida de audición simulada fue una revelación, que le provocó que actuara de forma diferente: no oír bien me hizo mucho más cauteloso, no podría decir si mis compañeros me podían oír o no, lo que realmente afectó a nuestro movimiento. No sabía determinar bien a dónde ir, miraba constantemente a derecha e izquierda. Al final recurrieron los del grupo con menos audición a comunicarse con señales hechas con las manos y brazos. Esto se puede observar solamente con este tipo de investigación, ya que las pruebas de laboratorio no son el mundo real. Ya sea en guerra o en paz, el ruido es un riesgo laboral presente en el Ejército y sigue siendo la lesión más común según informa el VA. Por esto, el objetivo de esta investigación fue establecer un perfil estándar de pérdida más real que al actual.

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